Personas de cristal

¿Quién no ha sido alguna vez víctima de la manipulación emocional?

Definición del concepto ‘personas de cristal’:

  • Son personas tan sensibles a cualquier situación externa o a cualquier interrelación con otras personas que una simple mirada, un gesto, una palabra, se perciben enseguida como algo negativo y se sienten heridas y agredidas con facilidad.
  • Escuchar algo sobre sí mismos que no les gusta, les suele sentar mal y suelen darle la vuelta para atribuírlo negativamente al emisor del mensaje. No están dispuestos a dejar de ser ‘Peter Pan’ o la ‘Bella Princesita’ (que a estas alturas se sigue creyendo veinteañera cuando ya tiene sus ochenta venerables…)
  • Son personas que sufren mucho y no soportan el dolor, por eso, a la desesperada y sin ser conscientes de lo que hacen, se manifiestan de formas poco constructivas y tóxicas.
  • Miran la vida pasar desde sus vitrinas, autoconstruidas a medida para no tener que ser tocadas, solamente admiradas. Socialmente son muy limitadas, aunque algunas veces pueden parecer todo lo contrario: se desmoronan ante una mirada, ante alguien aparentemente más atractivo, luchan por el poder o se deprimen ante el adversario
  • Pierden la oportunidad de ser personas genuínas, para pasar a ser personas con entornos anestesiados, acolchados… personas necesitadas, al fin y al cabo.
  • Suelen tener problemas relacionales, pues el contacto personal las hiere y les hace daño. Se niegan a crecer. Me gusta llamarlas ‘personas de cristal’, porque son muy frágiles, tienden a romperse con facilidad.

Sus respuestas ante el ‘no’ y el dolor suelen ser de tres tipos:

1.- Huir: personas que nunca se enfrentan a situaciones adultas con madurez. Enseguida que aparece la palabra ‘compromiso’, ‘responsabilidad’, ‘esfuerzo’… marchan, huyen, mienten, tergiversan…)

2.- Agredir: personas agresivas, que no tolerarán que no se haga lo que ellas quieren, o que no se piense como ellas piensan… Utilizarán la agresión para garantizar su retribución emocional, su estatus, su querer. Un ‘Peter Pan’, no está dispuesto a que nadie le gane, ni una eterna princesa a que pongan en duda su inmaculada y pretendida belleza.

3.- Esconderse (personas que ante el dolor/la impotencia/el reto, se callan, lloran rápidamente, no son nada asertivos, se deprimen, se autoarrinconan, renuncian…

Los roles que se establecen
La persona de cristal es un ‘Peter Pan’ (eterno…), o una Princesita eterna (o como me gusta llamarlo también ‘Complejo de Estrellita Verdiales’: una eterna promesa de la copla, que nunca llegó a triunfar, y ahora, con cuarenta años, sigue vistiéndose de niña, sigue hablando como si fuera una estrella de la canción, firma autógrafos pensándose que son pretendidos, y esconde y elude cualquier alusión a su situación real y adulta.

Son:

  • Hijos consentidos eternos…
  • Tienen derechos, pero no obligaciones.
  • Su rol es pedir, exigir, pide sentirse amada sin tener en cuenta al otro, hace trastadas y pataletas, se salta las normas sociales, de pareja, relacionales, de trabajo, acusa, hiere, sino se le da lo que demanda.
  • Son personas para las que la vida se convierte en un patio de colegio eterno, donde no se asume ‘su adultez’.
  • Necesitan tener sus vidas ‘aseguradas’… no están dispuestos a que les pueda pasar un imprevisto, descontrolado, que les pueda hacer recordar lo que son.
  • Reaccionan muy mal al castigo y no consentirán en absoluto no conseguir su objetivo.
  • Son personas que necesitan andar entre cojines y almohadones, entre autocomplacencia y reconocimiento constante, de lo contrario, no harían nada.
  • Pueden agredir a su ‘Wendy’: las buscan, las forman y las entrenan para seguir su andar personal de ‘Peter Pan’ o Princesita eterna.

Su complementario es una persona ‘Wendy’: Una persona que hará todo lo que haga falta para complacerle.
Ésta llegará incluso a perder la oportunidad de hacer su vida y realizarse a cambio de vivir la vida de su ‘Peter Pan’, y envejecer prematuramente.

  • Suelen tener roles relacionados y parecidos a madres consentidoras.
  • Su rol consiste en regañarlo, aconsejarlo, reírle todas sus gracias, justificar todas sus chiquilladas y trastadas. Inmadureces, al fin y al cabo, más relacionadas con su infantilismo persistente que con su adultez.
  • Se dedican a poner almohadas, cojines y alfombras necesarias para que sus Peter Pan/Princesitas, no se tengan que esforzar, ni sufrir.

En parejas encontramos las siguientes características:

El rol acaba siendo el siguiente: uno que hace padre o madre y el otro que hace de hijo o hija.

El comportamiento del padre o madre (‘Wendy’) suele manifestarse en:

  • Regaños
  • Complacencia
  • Justificación de las trastadas (sean las que sean, que hace su pareja (hijo/a), acabando por aceptar lo inaceptable.
  • Cambiar pañales (solucionar/limpiar/resolver los ‘fregaos’ en los que se mete su pareja…)
  • Envejecer (como lo hace cualquier padre/madre, respecto a su hijo/hija)

El comportamiento del hijo/hija (‘Peter Pan’/Princesita) se manifiesta en:

  • Falta de compromiso
  • Actitudes de exigencia/insistencia
  • Hacer trastadas cada vez mayores (haciendo lo intolerable)
  • Hacerse pipí encima (Meterse en problemas innecesarios que comprometen a su pareja y a la estabilidad…)

Estos dos roles los encontramos entre amigos adultos, entre parejas adultas, en ambientes laborales,…

Tienen ‘tolerancia cero’: seres de piel fina…
Establecen un tipo de relación con el mundo en la que necesitan estar siempre en posesión de la razón. Han de mantener su estatus a cualquier precio. Si no es así, enseguida se hacen daño y responden al dolor con prepotencia, con agresión, con pataletas, con venganzas o retraimientoTal como y lo haría un niño pequeño con escasa educación emocional.
Vidas anestesiadas, piel poco curtida, poco bronceada, con facilidad para la irritación… Invalidez social.

El paradigma relacional es el siguiente: “yo quiero que tu hagas aquello que yo quiero que hagas” (y si no es así… comienza la guerra)

Complejo del ‘pecho eterno’
Cuando éramos pequeños y teníamos hambre, simplemente llorando y alzando un poco nuestra voz en forma de llanto o chillido, enseguida teníamos nuestro alimento. Llorar, gritar y montar el numerito, es una forma de conseguir “lo que yo quiero”, sin tener en cuenta a la otra persona.

En estos casos, no hay diálogo ni se persigue ningún acuerdo consensuado.
Hay una falta enorme de empatía, no saben ponerse en el lugar del otro.
Cuando nos vamos haciendo adultos, aprendemos a pedir aquello que queremos teniendo en cuenta a las otras personas, a la otra parte:

  • Aprendemos a dialogar
  • A ser empáticos
  • A entender que en el mundo, el otro también cuenta.

Si este aprendizage no se hace, nos convertimos en personas infantilizadas que crecemos prescindiendo de los otros. (los eternos ‘Peter Pan’… las eternas princesitas…)
Lo más importante para estas personas es conseguir a costa de lo que sea, su objetivo, de lo contrario, sufren mucho.

¿Qué podemos hacer?

  • Por supuesto, lo primero y más importante es reconocernos a nosotros mismos cuál es nuestro rol y reconocerlo en el otro. Éste ya es un paso de gigante.
  • La educación emocional-social se lleva a cabo durante la adolescencia y más tarde durante toda la vida. Vale la pena potenciar las actividades y la participación social en ambientes abiertos y diversos, culturales, de ocio, deportes, convivencias,… (Exposición social, siendo consciente de que el roce puede ser muy enriquecedor)
  • La adolescencia es una etapa clave de aprendizage emocional y social, pero la buena noticia es que siempre estamos a tiempo de cambiar si somos conscientes de ello.
  • Es necesario hablar de lo que nos pasa, de lo que sentimos. Recordemos que hablando estructuramos y damos forma a nuestro pensamiento y a nuestras emociones.
  • Evitar hablar cuando la persona de cristal está fuera de sí, pues aquello que ella quiere es precisamente que entres en su juego (quiere afectarte emocionalmente con su llanto/pataleta/chantage emocional para conseguir su objetivo)
  • No entrar en el comercio/chantage emocional al que intenta someterte… Es necesario mantenerte en tu sitio y no claudicar. Será necesario obviar. Que esta persona sepa que así no conseguirá nada de ti.
  • Cuando pase la tormenta emocional, será necesario hablar. Este es el momento de hablar sobre ¿qué es lo que pasó? ¿Cómo lo podríamos haber resuelto? ¿Cómo me sentí yo? ¿Y cómo te sentiste tú? (Forzamos la empatía del otro…)
  • Aprender a dialogar consensuadamente y con empatía en momentos de relajación emocional, nunca antes.
  • No hacer el trabajo del otro: le puedes dar recursos, pero deberá hacerlo él. Los ‘Peter Pan’ y las Princesas eternas deben cargar con su responsabilidad, sino nunca crecerán, ni podrán ser adultos felices. Cada vez que accedemos a la demanda infantil o le solucionamos la vida, le impedimos que adquiera competencias.
  • Pedir ayuda… no siempre podemos solos. Recuerda que cuando trabajamos en equipo, todo sale mejor.
  • Recuerda que tanto las personas de cristal como las ‘Wendy’, están motivadas por la emoción ‘miedo’, no lo hacen porque quieren, sino porque no saben hacerlo de otra manera.
  • Hacerlo con cariño, pues es la única manera de llegar a la otra persona y ayudar a que se puedan transformar.
  • En cualquier caso, estate atento/a, pues estos roles son complementarios y precisan de sus complementarios, por lo que tanto ‘Peeter Pan’, como ‘Wendy’, se buscan y se detectan mutuamente. Recuerda el concepto del que ya hemos hablado en otras ocasiones sobre el ‘Radar Relacional’.

¡Un abrazo!

Fotografía de Cristina. (Midi d’Ossau en mar de nubes)
Texto de Santi López-Villa

3 comentarios en “Personas de cristal”

  1. jose luis says: -#1

    !Gradias le doy a Dios por iluminar la mente de Santi Lopez-Villa,y realizar este texto maravilloso que me llega muy de cerca,ya que,esta situacion la he vivido con mi mujer y mi hijo;Me gustaria saber como hago para conseguir no solo este texto sino tambien el libro,desde ya muy agradecido,saludo atte.!Dios bendiga a su familia!

  2. Llevo 2 años de terapia y hasta hace unos pocos meses no he empezado a tomar consciencia de quién soy realmente. La verdad es que darte cuenta de que eres una persona de cristal no és muy gratificante que digamos, pero una vez empiezas a darte cuenta de que todos los humanos, en mayor o menor medida cojeamos de algún pie, lo asumes, te relajas, y decides que lo importante en esta vida és ser cada dia mejor persona contigo misma y con los demás. Así que a los que se sienten identificados como yo, ánimo y hacia delante, que és bien cierto lo que dice Santi López-Villa: «la buena noticia es que siempre estamos a tiempo de cambiar si somos conscientes de ello»….yo ya estoy cambiando.

  3. Cristina says: -#1

    Hola de nuevo, me encanta que penséis así, una incluso se anima…pero yo sinceramente creo que el cambio es imposible. Que somos de una forma y así seremos hasta el día de nuestra muerte. Que lo verdaderamente posible es aceptarnos como somos, a nosotros mismos y a los demás, no juzgarnos por nuestras reacciones, que cada cual tiene sus motivos para ellas, y dejarnos vivir tranquilos unos a otros. Que «si quieres ser feliz como me dices, muchacha no analices». Si damos demasiadas vueltas a cómo somos y por qué somos así, y por qué no podríamos ser asá, y por qué el vecino es de la otra forma que a mí me gustaría…acabamos locos y profundamente frustrados. Se trata de disfrutar de lo que somos, aceptándonos plenamente, que todos tenemos talentos y valores, que Dios reparte sus dones y no deja a nadie sin ellos, que todos no podemos ser iguales, y primero tenemos que conocer nuestras cualidades y luego aprovecharlas hasta el final. Tal vez debamos perder más tiempo en conocernos de verdad, en descubrir todo lo maravilloso que escondemos todas las personas, más que en cambiar cosas raras que en realidad no existen, porque son fruto de la falta de conocimiento y de amor a uno mismo.

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